Ante la dramática situación que está viviendo el pueblo de Brasil, la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo A.C. (ALOP)* , expresa públicamente su posición y su enérgica condena a los intentos golpistas en curso:
1 – La sociedad brasileña viene sufriendo un grave atentado a su Estado democrático de derecho, esforzadamente recuperado tras una larga dictadura militar, que concluyó con la aprobación de la Constitución Ciudadana de 1988. Está en curso un intento desembozado de golpe, que se expresa en el pedido de destitución de la Presidenta legítimamente elegida por brasileños y brasileñas, amenazando las libertades individuales y colectivas y una democracia efectiva para todos.
2 – El pedido de destitución de la Presidenta se sustenta en el llamado “maquillaje fiscal”, que es un procedimiento que se ha hecho rutinario en todos los niveles de gobierno en Brasil y que fuera adoptado desde el gobierno de Fernando Henrique Cardoso sin problema alguno. La Presidenta se limitó a poner dinero de la Caja Económica Federal en los programas sociales para cerrar las cuentas, devolviendo los recursos al año siguiente. Nadie logra acusarla de corrupción por esta práctica.
3 – El combate frontal a la corrupción, constituye una obligación de las instituciones públicas y privadas, de la sociedad civil toda, pero no justifica los usos mediáticos que tergiversan los hechos y buscan atacar la normalidad del Estado de derecho. Es por ello urgente que en Brasil se garanticen procedimientos democráticos básicos como la presunción de inocencia, la igualdad ante la ley y el derecho a una amplia defensa. Al afectarse estos procedimientos, se amenaza la justicia que debe primar en una democracia republicana y se la sustituye por recursos arbitrarios y selectivos que se expresan en un condenable proceso de linchamiento mediático.
4 – Nuestras imperfectas democracias, conquistadas por la movilización y luchas de nuestros pueblos, no pueden subordinarse a intereses autoritarios y excluyentes, donde confluyen los grupos monopólicos, los políticos derrotados en las elecciones anteriores, el Poder Judicial y un grupo importante de medios de comunicación, interesados en controlar el futuro de Brasil, rompiendo la legalidad y la institucionalidad democráticas.
5 – Llamamos al apoyo y compromiso de la comunidad latinoamericana para garantizar en Brasil la democracia conquistada en las últimas décadas, el camino de desarrollo con inclusión social y libertad por el que optó su pueblo y la lucha por la consagración de sus derechos fundamentales. Defendemos la soberanía de brasileños y brasileñas, hoy día amenazada por el oportunismo político que busca imponer el autoritarismo, usando la condenable corrupción como coartada.
* A la presente declaración no adhiere la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), El Salvador, y se abstienen el Centro Cooperativista Uruguayo (CCU) y el Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH), Uruguay.